Las ganancias salariales en hogares de bajos ingresos en Estados Unidos son una ilusión: la culpa es del alquiler

Brandon Istenes

Brandon Istenes

- 5/14/2025

Las ganancias salariales en hogares de bajos ingresos en Estados Unidos son una ilusión: la culpa es del alquiler

El artículo fue publicado originalmente el 6 de mayo de 2025 como Low-income wage gains are an illusion—blame the rent -> Aquí

Traducido por: Oscar Jaramillo
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Durante el último año, muchas personas han estado lidiando con la pregunta de si la economía apestaba. O, en todo caso, si la economía estaba en buen o mal estado antes de que Trump la golpeara con una bola de demolición. Esta sigue siendo una cuestión de enorme importancia política. Después de salir de (gestos amplios) todo esto, ¿será 2024 la estrella polar que nos guíe de vuelta a los buenos tiempos?

En este artículo explicaré que la economía de 2024 fue, en efecto, muy mala. Y no tuvo nada que ver con Biden. Fue el resultado de décadas de creciente inaccesibilidad. En el centro de esa inaccesibilidad estaba la vivienda.

Con respecto a los años anteriores, la economía de 2024 fue un festín. Como enfatizaron repetidamente los analistas liberales, la tasa de desempleo estaba en su punto más bajo en 40 años. El S&P 500 alcanzaba niveles récord. La ley CHIPS cuadruplicó la construcción de fábricas. Lo más notable: la recuperación pospandemia fue la primera vez en décadas que los trabajadores con salarios bajos vieron sus ingresos crecer más rápido que los de salarios altos. La enorme brecha de desigualdad salarial en Estados Unidos finalmente se había reducido ligeramente.

Al mirar cifras como estas, cuesta imaginar qué podría haber molestado a la gente. La mayoría de economistas cree que los votantes fueron simplemente mal informados sobre el estado de la economía. Hubo una “vibecesión”. La evidencia de esa “recesión de sensaciones” es bastante sólida: aquí están los resultados de dos ediciones de la Encuesta de Consumidores de Michigan, analizadas por Paul Krugman:

Tomado de: "A Win for the Vibecession Story," Diciembre 21 de 2024

Como señala Krugman, es altamente improbable que una gran cantidad de personas haya visto una mejora repentina en su situación financiera justo antes de las elecciones. Hubo un cambio de percepción.

Un artículo reciente de Politico, basado en el Instituto Ludwig, contraatacó argumentando que la situación económica en realidad era muy mala si se consideraba el empleo precario. Publican estimaciones de esta medida ampliada del desempleo en su sitio web—incluyendo un gráfico que, lamentablemente para su argumento, muestra su indicador de desempleo también en su punto más bajo en 2024. Así que hasta ahí llega esa vía.

Es la vivienda

Aquí hay otro gráfico del EPI que muestra el crecimiento del salario real a lo largo del tiempo. Este es el marco desde el cual la mayoría de economistas analiza el bienestar de los trabajadores. Los salarios "reales" son salarios ajustados por inflación, generalmente usando el Índice de Precios al Consumidor (CPI, por sus siglas en inglés). El CPI ajusta los valores del dólar según cuánto pueden comprar en bienes y servicios, incluyendo la vivienda.

Los salarios del 10% más alto han crecido aproximadamente 2,8 veces más rápido que los del resto. Pero si dejamos de lado por un momento la preocupación por la inequidad, la historia sigue siendo una de mareas crecientes que elevan todos los botes. Incluso el 10% inferior gana más que en 1979, algo que no podía decirse de la mayoría de años entre 1979 y 2014.

Esta es la historia desde la perspectiva del CPI. (Consumer Price Index, el IPC en habla hispana, mantenemos las siglas usadas por el autor), El CPI nos dice cuánto dinero se necesita para comprar una "canasta estándar" de bienes y servicios. Esta canasta incluye vivienda, alimentos, ropa, servicios médicos y mucho más. En diciembre de 2024, la vivienda representaba el 35,5% de la canasta (la categoría “vivienda” excluye servicios básicos, mobiliario y mantenimiento). Las proporciones de la canasta tienen sentido para los percentiles medios de ingresos. Pero hacia los extremos, se vuelven menos representativas de cómo las personas realmente gastan su dinero.

El componente de vivienda en el CPI se basa en el alquiler pagado por los inquilinos y en el "alquiler equivalente de propietarios", que refleja el alza de los precios de las casas. Para simplificar, me enfocaré solo en los inquilinos. Para comparar salarios (ganados por individuos) con alquiler (pagado por hogares), uso los salarios totales del hogar e incluyo solo los hogares donde el 90% del ingreso proviene del trabajo.

El siguiente gráfico muestra el porcentaje promedio de salarios del hogar destinado al alquiler según el nivel de ingresos de los inquilinos. Aunque el CPI también incluye propietarios, este gráfico transmite bien el problema. (Los datos son de 2023).

De este gráfico queda claro que los salarios ajustados al CPI no reflejan adecuadamente la carga del gasto en vivienda para, digamos, el 30% inferior de los hogares que alquilan. Solo en el percentil 40 (con ingresos de $50.200) el cálculo parece acertado. Si el salario real debe medir la capacidad de compra de un trabajador, sobreestima gravemente lo que los trabajadores de bajos ingresos pueden comprar más allá de un lugar donde dormir.

La realidad es que el alquiler se come todo primero, y la vivienda es el gasto más grande para la mayoría. Si queremos entender cómo ha cambiado la capacidad de compra a lo largo del tiempo, necesitamos reflejar este gasto con precisión.

Una forma de hacerlo es observar el crecimiento salarial real después de pagar el alquiler. La idea es restar el alquiler del ingreso del hogar y ajustar usando un índice de precios que excluye la vivienda.

Esto requiere algo de creatividad. Entre los hogares donde al menos el 90% del ingreso proviene del trabajo, algunos tienen un solo asalariado (54%), otros dos (37%) y otros más de dos. No es justo poner en la misma categoría un hogar con tres personas que ganan $60.000 que uno donde una sola persona gana lo mismo. Por eso, agrupo hogares por número de asalariados y dentro de eso, por quintiles de ingreso, y luego calculo el crecimiento salarial después del alquiler como promedio entre los grupos.

Primero, veamos los salarios del hogar ajustados al CPI tradicional. Aún no hemos considerado el alquiler por separado.

Esto coincide con lo que muestran los salarios por hora reales del gráfico de EPI. Los salarios por hogar muestran un poco más de desigualdad. Tiene sentido: hay menos diferencia entre un barista y un médico que entre un hogar de un barista soltero y uno con dos médicos.

Pero esa diferencia es mínima comparada con lo que vemos al incluir el alquiler. Aquí está el resultado, restando el alquiler de los salarios del hogar:

Se ve de inmediato que la desigualdad es mucho mayor cuando consideramos el alquiler. El 20% inferior de hogares asalariados ha visto su capacidad de gasto (después de alquiler) caer en un 65% desde 1960. Eso es uno de cada cinco hogares aplastados por décadas de alquileres crecientes.

Una gran proporción de estadounidenses ha visto su bienestar deteriorarse a largo plazo. El 40% de los inquilinos tiene hoy menos poder adquisitivo después del alquiler que en 1970. Los hogares con ingresos bajos-medios (percentiles 20 al 40) solo han visto un crecimiento del 8,5% desde 1960, o del 8% desde 1980. Mientras tanto, el 20% superior ha duplicado su poder adquisitivo después del alquiler.

Cuando escuches a economistas decir que el CPI ya incluye el costo del alquiler, recuerda que esos costos están distribuidos de forma muy desigual, y agravan la pobreza. El alquiler se come todo primero, y los hogares pobres cada vez tienen menos para el resto.

¿Qué nos dice esto sobre el futuro político político de la economía? Para el 40% más pobre de los hogares que alquilan, los últimos 50 años de desarrollo económico tienen muy poco que mostrar. Para el 20% más pobre, ha sido un desastre. Y eso sin contar a quienes dependen del seguro social u otros ingresos no laborales. No es solo una percepción. El sentimiento populista de que la economía ha sido dura con la gente tiene base empírica.

La salida está hacia adelante. No sé cómo será la economía dentro de 10 años. Pero la reconstrucción de una sociedad políticamente estable requerirá algo mucho más equitativo de lo que vimos durante el periodo neoliberal. Y eso requiere resolver la cuestión de la vivienda.

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Referencias

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